Como habéis podido leer en el post anterior la liberación de las Guaras fue todo un éxito. Después de realizar la liberación ha sido llevado a cabo un plan de monitoreo para comprender qué hacen las Guaras rojas liberadas, donde se alimentan, relaciones con las Guaras rojas que ya vivían en el Parque arqueológico y uso en general del hábitat.
Las aves fueron marcadas con parches de colores tintados en diferentes partes del cuerpo. Esto ha sido de gran éxito para poder identificar individualmente cada una de ellas, comprendiendo como cada una ha experimentado la adaptación al ambiente.
Monitoreo de las aves liberadas en el Parque Arqueológico.
Durante los dos primeros días la presencia de ellas era intermitente en la estación de alimentación, no se acercaban a comer ni mostraban interés en ello. Solo un ave liberada, que anteriormente vivió en el parque Arqueológico y que fue trasladada al Parque de Aves Montaña Guacamaya para rehabilitarla por problemas de salud, se adaptó rápidamente al lugar y mostro acercamientos con el grupo salvaje pocas horas después de la liberación. La conclusión que extraemos de esta situación en particular es que el haber vivido anteriormente en el parque Arqueológico fue clave para la integración rápida del individuo, siendo aceptada muy rápidamente por el grupo salvaje.
Las otras 4 aves, 3 de ellas pichones nacidos en el Parque de Aves Montaña Guacamaya y la restante ave adulta confiscada por la fiscalía de medioambiente, empezaron a mostrar acercamientos al grupo al cabo de 4 días de ser liberadas; no era realmente acercamientos, simplemente se toleraban comiendo en los comederos, descansaban en árboles contiguos y presumiblemente dormían en el mismo lugar.
El único contratiempo que sufrimos fue un ave que estuvo sin aparecer por la estación de alimentación, y no era vista con el grupo, durante 3 días. No sabíamos qué había pasado con ella, si bien nos había sido reportada la presencia de una Guara roja en las afueras del Parque Arqueológico, alimentándose de frutas y semillas silvestres, bastante abundantes. A los 3 días de no ser vista por el personal en el Parque Arqueológico la Guara Roja apareció sin cola, pero en perfecto estado de salud. La cola había sido arrancada, presumiblemente por alguien que intentó capturarla.
Emilio alimenta a las aves en la estación de alimentación. Esto nos ayuda a que la integración de las aves sea más sencilla, facilitándoles alimento durante todo el día.
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Tres de las aves que fueron liberadas alimentándose en uno de los comederos
Actualmente las 5 Guaras liberadas están integradas con las Guaras silvestres, siendo en la actualidad 19 las aves que viven en el parque Arqueológico. Se observan acercamientos entre ellas y somos bastante optimistas de cara al futuro; sin duda se establecerán nuevas parejas reproductoras que ayudarán al aumento de la población.
Una experiencia satisfactoria, muchos datos de campo extraídos con ellas que nos servirán de base para las futuras liberaciones del proyecto, ayudándonos a comprender las situaciones que se crean en los primeros días posteriores a la liberación.
Una de las aves liberadas alimentándose de frutos de Acacio.
Sin duda seréis parte de esto.
¡Vivan las Guacamayas!
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